Foto original tomada en MoMA.
Ahí está, pequeño, tierno, con la simpleza del cartón y esas rueditas de changuito para hacer las compras. En lo alto, el banderín con el pedido de ayuda: “Help me. I am trying to get MoMA. Aim me in the right direction" (“Ayúdame. Estoy intentando llegar al MoMA. Oriéntame hacia la dirección correcta”)
Exactamente 4.3 kilómetros lo separaban desde su punto de partida, Washington Square Park (barrio de Greenwich Village, Manhattan, NY) hasta su destino, el famosísimo museo de arte moderno en la calle 53, en Midtown West. Gracias a la gente, llegó.
¿Pero… qué es? Es un “tweenbot”, un tipo de “robot” pequeño que depende de la colaboración -en este caso, de los neoyorquinos- para alcanzar un destino. “Sam”, el de la foto, tomada en el MoMA, fue enviado por el artista Kacie Kinzer en 2009. Está hecho con cartón, papel, baterías, un pequeño motor y claro, sus rueditas, con las que solo puede andar a velocidad constante y en línea recta (lo que lo hace depender de los peatones para sortear los obstáculos que encuentre en su misión).
Mide apenas 91cm de alto (tomando el alto del banderín, menos de 30 el robot en sí) y, si bien forma parte de las obras permanentes del museo, actualmente (octubre 2025) no está en exhibición. “Los Tweenbots crean una interacción inesperada, alterando las narrativas de nuestra experiencia cotidiana y ofreciendo una conexión fugaz y lúdica en el contexto de la calle. Cada vez que se quedaba atrapado bajo un banco del parque, se estrellaba inútilmente contra un cordón o en un bache, algún peatón lo rescataba y lo enviaba hacia su objetivo. Nunca se perdió ni se dañó un Tweenbot. Fue increíble”, cuenta Kinzer en su sitio.
En el video, imágenes reales de su travesía hacia el MoMA.