Hace muchas primaveras (al momento de esta publicación, 17), el centro de Buenos Aires recibía al escocés David Coulthard, quien daba una exhibición con un F1 de su escudería, Red Bull. Una semana después, el 2 de noviembre de 2008, ponía fin a su trayectoria como piloto en el GP de Brasil.
Cubrí ese evento que reunió a unas 80.000 personas. Pero una escena me impactó por sobre todas: un edificio en obra, convertido en una riesgosa tribuna vertical. Por suerte, no pasó nada, y todos pudieron disfrutar del sonido increíble de ese motor V8.
¿Qué pasaría si Franco Colapinto diera una exhibición así? ¡Explota todo!

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